Una de las mayores virtudes de ser humanxs es reconocernos en un otrx como semejante. Esto es, de hecho, lo que nos hace humanxs: ser individuales, pero conformando un colectivo al que llamamos HUMANIDAD.
Puede que esto parezca generalizar, sin embargo, desde el momento mismo en que empieza a latir nuestro corazón intraútero, formamos parte de un grupo: seremos, y confirmaremos al nacer, hijxs de, hermanxs de, nietxs de, vecinxs de muchxs otrxs que ya han recorrido antes este camino del nacimiento y con quienes compartiremos la vida.
Y ser ya alguien en vínculo nos convierte, además, en sujetos de derecho, aunque necesitemos -en realidad, es lógico- de otras personas para poder ejercerlos plenamente.
Ya desde la gestación, un o una bebé tiene una serie de derechos que son una conquista hacia la conformación de su ser en crecimiento, en libertad y autonomía. Estos son:
- El/la bebé tiene derecho al reconocimiento d e su capacidad física y emocional, en su vida intrauterina y extrauterina y, especialmente, en el tránsito entre ambas.
- El/la bebé intraútero tiene derecho a que el bienestar emocional de su madre no sea alterado por un abuso y exceso de controles durante la gestación.
- El/la bebé y su madre tienen derecho a que se respeten el momento, ritmo, ambiente y compañía en el parto/nacimiento y a que el mismo transcurra en forma fisiológica. Un bebé y una madre sanxs tienen derecho a no ser tratadxs como enfermxs.
- El/la bebé y su madre tienen derecho a la intimidad y el respeto antes, durante y después del nacimiento/parto.
- El/la bebé y su madre tienen derecho a permanecer juntxs en las horas y días siguientes al nacimiento. Ninguna exploración ni estancia hospitalaria justifica la separación de ambxs.
- El/la bebé tiene derecho a disfrutar de la lactancia materna a demanda, al menos durante el primer año de vida. A que durante su estancia en el hospital se respeten los “10 pasos para una lactancia feliz” establecidos por UNICEF y la OMS.
- El/la bebé tiene derecho a ser atendidx personalmente por su madre, como mínimo, durante el primer año de vida. La madre tiene derecho a disfrutar del contacto íntimo con su bb cuanto crea necesario.
- El/la bebé prematurx tiene derecho a permanecer pegadx a cuerpo de su madre hasta que adquiera el peso y las condiciones óptimas de salud. Ninguna unidad de neonatología es más segura para el/la bb que la piel materna.
- El/la bebé tiene derecho a permanecer pegadx al cuerpo de su madre durante los primeros meses de vida extrauterina. El contacto cuerpo a cuerpo es vital para instaurar en él/ella la seguridad y la confianza.
- El/la bebé tiene derecho a que sean sus padres quienes personalmente tomen las decisiones y quienes para ello busquen la información relacionada con su bienestar.
Como dijimos, no estamos nunca en aislamiento. Siempre estaremos entetejidxs con otrxs. A veces, esxs otrxs no tienen, justamente, forma humana.
Y es que el ser humanx que despierta a la verdad de que es parte de un entramado mayor del que se ha separado durante mucho tiempo, empieza a conocer cada íntima relación que puede percibirse desde lo enteramente sutil hasta lo fielmente científico.
Somos mamíferxs. Somos seres terrestres. Estamos formadxs por células, minerales, elementos atómicos y respiramos el oxígeno que compartimos con el resto de los seres vivos, de todos los reinos. Nos gestamos en el agua, dentro del cuerpo materno, que nos provee de todo lo necesario hasta salir a gestionar la vida.
Todo esto no es más que agua, sol, aire y tierra.
Somos todo eso, principalmente agua. Agua de mar.
Celebrando a los Océanos, reconocemos parte de la Tierra, con la que compartimos la conformación de nuestros cuerpos. Cuerpo terrestre y cuerpo humano de los que son una gran parte las aguas. Todas las aguas del mundo están relacionadas con el hecho de que contienen el germen de la vida. Bajo el microscopio y a simple olfato, el agua lo es todo.
Los océanos están vivos. Quien camina por su orilla puede percibirlo con todos sus sentidos. Además, son alimento, nutrición, belleza, salud y consuelo.
La consciencia de esto, con todo el respaldo de la ciencia actual y sentido desde las entrañas, donde surgen nuestrxs hijxs y nuestras emociones más profundas nos pide que volvamos a reconectar. El cuidado que le otorgamos a un recién nacido, dueñx de todos estos derechos es el mismo que requiere toda forma de vida.
No estamos separadxs.
Somos parte.